Al Mégane III R.S. le quedan bien los desafíos. Y el mayor de ellos es formar una alquimia exquisita: es un vehículo perfecto para el circuito, en esencia deportivo, pero con un confort que eleva su protagonismo a otro nivel. Supera todos los obstáculos, dando como resultado un automóvil de química furiosa que se entiende con los de su clase, la categoría de competición. Ver más...